En un pequeño parque al sur de la ciudad de México hay una escultura con un refrán anónimo a sus pies que dice "Mas vale la gracia de la imperfección que la perfección sin gracia"
Años atrás un amigo me la mostró y no recuerdo bien ciertos detalles de la escultura, creo que es un ángel pero en cambio el proverbio si se me grabó. Cuanta verdad hay en esto. En esa época no me hizo clic pero por circunstancias de la vida ahora estoy convencida que la perfección no tiene gracia, es simplemente sosa.
Hubo una época en que yo quería proyectar perfección, me esmeraba por hacer y tener todo perfecto en mi entorno, sobre todo en mi casa y en mi persona.
Un día decidí cambiar cuando analicé mi actitud hacia la vida después de un accidente automovilístico por el cual estuve hospitalizada. Entonces me di cuenta que yo siempre estaba estresada tratando de perfeccionar las cosas a mi alrededor. También recordé la palestra de un psicólogo americano donde mencionó que las personas perfeccionistas son infelices pues alcanzar la perfección es imposible porque no es universal si no que es subjetiva y relativa, o sea, lo que para mi es perfecto para ti tal vez no lo es y viceversa.
Mi solución para ser una “ Mujer feliz” en vez de “Mujer perfecta” fue dejar de corregir todo a mi alrededor y dejar algunas cosas imperfectas.
Hoy en día en mi casa a veces hay polvo, a veces no. A veces hay leche en el refrigerador, a veces no. A veces me maquillo, a veces no y aunque no lo crean!!! a veces se me olvida sacar la basura.
Lo mejor de todo fue cuando sin darme cuenta un día salí a la calle con una media negra y la otra café. Mi marido se dio cuenta de mi error cuando mas tarde sentados en un restaurante crucé la pierna y el muy educadamente esperando ver mi reacción contuvo la risa hasta que yo exploté en carcajadas.
Ahora río mas y soy positiva. También puedo decir que mi vida no es perfecta ni sosa, si no que es imperfectamente graciosa.
Imperfectos saludos,
